En 1982 un jurado formado per blancos lo condenó a muerte por asesinato. Años después otra persona confesaba el crimen. Pero el activista negro siguió en el corredor de la muerte de los EEUU. Ahora la sentencia podría ser derogada.
Un juez federal estadounidense ha afirmado que existieron “irregularidades” en todo el proceso judicial que en 1982 llevó a la sentencia de pena de muerte al periodista y ex-miembro del grupo ‘Panteras Negras’ Mumia Abu-Jamal, por el asesinato de un policía en Filadelfia. En tres meses puede quedar anulada así su sentencia de pena capital. Sin embargo, se mantendría su culpabilidad por lo que se le impone la pena de cadena perpetua.
Abu-Jamal siempre ha negado que matara al agente durante un control de tráfico pero en 1982 un jurado, formado íntegramente por personas blancas, lo condenó a la pena de muerte. El periodista recurrió la sentencia porque consideraba que había sido víctima del racismo. Un juez pidió que se repitiera la vista oral al detectar irregularidades, de hecho a finales de los años 90, Arnold Beverly, confesó que él fue quien realizó los disparos que mataron al policía. Pero el fiscal alegó que la declaración de Beverly presentaba lagunas, recurrió la sentencia en 2001 y se ratificó la condena a muerte de Mumia, lo que desencadenó protestas universitarias y de colectivos de abogados. Amnistía Internacional y un buen número de organizaciones y movimientos sociales también denunciaron que el juicio oral fue irregular y que por tanto se debía repetir.
Abu-Jamal empezó su carrera a los 14 años como responsable de información del Partido Panteras Negras, partido político que reivindica los derechos de los afroamericanos, de Filadelfia. Con esa edad fue detenido y golpeado por protestar en un miting del candidato ultraracista George Wallace.
Años más tarde, además de participar en varios movimientos sociales, sus reportajes sacaron a la luz episodios de violencia policiaca y racismo contra las comunidades minoritarias y destapó escándalos de corrupción de dirigentes políticos locales. Llegó a convertirse en presidente de la Asociación de Periodistas Negros de Filadelfia y recibió varios premios a la libertad de expresión.
Poco antes de los incidentes que le llevaron a ser juzgado, Mumia se hizo reconocido en la sociedad estadounidense por sus escritos y discursos críticos sobre el sistema de justicia norteamericano. Por eso, muchos lo reivindican como una “voz crítica que no puede ser silenciada”.
ONG de todo tipo, movimientos sociales anti-pena de muerte y anti-racismo llevan años poniendo en marcha campañas para Salvar a Mumia de la pena de muerte. Muchas insistían sobre su inocencia. Otras, sin importarles si es o no inocente, defendían que no había recibido un juicio justo y muchas otras se oponían a la pena de muerte en general.
Amnistía Internacional ha liderado un buen número de iniciativas alegando su falta de antecedentes, la “inequidad” de las investigaciones policiales (no se hicieron tasaciones balísticas, no hay huellas digitales, no se examinó la zona de los hechos), las amenazas denunciadas por los testigos y las contradicciones en las versiones de la policía durante el juicio.
La presión internacional que suscitaron estas campañas impidieron en 1995 y en 1999 la ejecución de Mumia. Hoy con el anuncio de la anulación de la pena capital las organizaciones agradecen a toda la ciudadanía sus actuaciones y su apoyo a esta causa.
Sin duda las organizaciones estadounidenses de Derechos Humanos han sido las más activas en cuanto a campañas y movilizaciones a favor de un juicio justo para Abu-Jamal. Entre ellas destaca el grupo de ‘Periodistas por Mumia Abu-Jamal, que son su canal de YouTube han acercado los detalles de este caso a todo el mundo.
Pero también en Estado español se han puesto en marcha iniciativas en contra de la pena de muerte para Mumia. En Cataluña se han celebrado en los últimos años varias concentraciones y manifestaciones pidiendo la puesta en libertad del periodista. Ahora un buen número de asociaciones y comités de apoyo se hacen eco de las peticiones de acciones urgentes. El Grupo de Amigas y Amigos de Mumia Abu-Jamal han puesto en marcha un blog en el que puedes conocer las próximas actividades que están organizando o sumarte a sus acciones. Puedes pedir más información en el mail: mumialliure[arroba]yahoo.es.
Free Mumia es otro de los colectivos que durante estos años han llevado a cabo acciones de presión y reivindicación y en su web facilitan los datos de contacto de Mumia por si le quieres escribir o mandar un fax al centro penitenciario.
El Comité Internacional ¡Hay que salvar la vida de Mumia Abu Jamal también te anima a conocer más de las campañas que se han puesto en marcha reclamando un juicio justo para Abu-Jamal. Puedes pedir más información en el mail: selio[arroba]arrakis.es.
Estas entidades y asociaciones celebran ahora la posible suspensión de la pena capital para el periodista y activista negro, pero recuerdan que Mumia Abu-Jamal, es, tal vez, el más conocido de los 3.500 condenados a muerte que languidecen sólo en las cárceles de Estados Unidos.
Desde la ORDEN BONARIA, ¡ siempre NO a la PENA DE MUERTE ¡
Un juez federal estadounidense ha afirmado que existieron “irregularidades” en todo el proceso judicial que en 1982 llevó a la sentencia de pena de muerte al periodista y ex-miembro del grupo ‘Panteras Negras’ Mumia Abu-Jamal, por el asesinato de un policía en Filadelfia. En tres meses puede quedar anulada así su sentencia de pena capital. Sin embargo, se mantendría su culpabilidad por lo que se le impone la pena de cadena perpetua.
Abu-Jamal siempre ha negado que matara al agente durante un control de tráfico pero en 1982 un jurado, formado íntegramente por personas blancas, lo condenó a la pena de muerte. El periodista recurrió la sentencia porque consideraba que había sido víctima del racismo. Un juez pidió que se repitiera la vista oral al detectar irregularidades, de hecho a finales de los años 90, Arnold Beverly, confesó que él fue quien realizó los disparos que mataron al policía. Pero el fiscal alegó que la declaración de Beverly presentaba lagunas, recurrió la sentencia en 2001 y se ratificó la condena a muerte de Mumia, lo que desencadenó protestas universitarias y de colectivos de abogados. Amnistía Internacional y un buen número de organizaciones y movimientos sociales también denunciaron que el juicio oral fue irregular y que por tanto se debía repetir.
Abu-Jamal empezó su carrera a los 14 años como responsable de información del Partido Panteras Negras, partido político que reivindica los derechos de los afroamericanos, de Filadelfia. Con esa edad fue detenido y golpeado por protestar en un miting del candidato ultraracista George Wallace.
Años más tarde, además de participar en varios movimientos sociales, sus reportajes sacaron a la luz episodios de violencia policiaca y racismo contra las comunidades minoritarias y destapó escándalos de corrupción de dirigentes políticos locales. Llegó a convertirse en presidente de la Asociación de Periodistas Negros de Filadelfia y recibió varios premios a la libertad de expresión.
Poco antes de los incidentes que le llevaron a ser juzgado, Mumia se hizo reconocido en la sociedad estadounidense por sus escritos y discursos críticos sobre el sistema de justicia norteamericano. Por eso, muchos lo reivindican como una “voz crítica que no puede ser silenciada”.
ONG de todo tipo, movimientos sociales anti-pena de muerte y anti-racismo llevan años poniendo en marcha campañas para Salvar a Mumia de la pena de muerte. Muchas insistían sobre su inocencia. Otras, sin importarles si es o no inocente, defendían que no había recibido un juicio justo y muchas otras se oponían a la pena de muerte en general.
Amnistía Internacional ha liderado un buen número de iniciativas alegando su falta de antecedentes, la “inequidad” de las investigaciones policiales (no se hicieron tasaciones balísticas, no hay huellas digitales, no se examinó la zona de los hechos), las amenazas denunciadas por los testigos y las contradicciones en las versiones de la policía durante el juicio.
La presión internacional que suscitaron estas campañas impidieron en 1995 y en 1999 la ejecución de Mumia. Hoy con el anuncio de la anulación de la pena capital las organizaciones agradecen a toda la ciudadanía sus actuaciones y su apoyo a esta causa.
Sin duda las organizaciones estadounidenses de Derechos Humanos han sido las más activas en cuanto a campañas y movilizaciones a favor de un juicio justo para Abu-Jamal. Entre ellas destaca el grupo de ‘Periodistas por Mumia Abu-Jamal, que son su canal de YouTube han acercado los detalles de este caso a todo el mundo.
Pero también en Estado español se han puesto en marcha iniciativas en contra de la pena de muerte para Mumia. En Cataluña se han celebrado en los últimos años varias concentraciones y manifestaciones pidiendo la puesta en libertad del periodista. Ahora un buen número de asociaciones y comités de apoyo se hacen eco de las peticiones de acciones urgentes. El Grupo de Amigas y Amigos de Mumia Abu-Jamal han puesto en marcha un blog en el que puedes conocer las próximas actividades que están organizando o sumarte a sus acciones. Puedes pedir más información en el mail: mumialliure[arroba]yahoo.es.
Free Mumia es otro de los colectivos que durante estos años han llevado a cabo acciones de presión y reivindicación y en su web facilitan los datos de contacto de Mumia por si le quieres escribir o mandar un fax al centro penitenciario.
El Comité Internacional ¡Hay que salvar la vida de Mumia Abu Jamal también te anima a conocer más de las campañas que se han puesto en marcha reclamando un juicio justo para Abu-Jamal. Puedes pedir más información en el mail: selio[arroba]arrakis.es.
Estas entidades y asociaciones celebran ahora la posible suspensión de la pena capital para el periodista y activista negro, pero recuerdan que Mumia Abu-Jamal, es, tal vez, el más conocido de los 3.500 condenados a muerte que languidecen sólo en las cárceles de Estados Unidos.
Desde la ORDEN BONARIA, ¡ siempre NO a la PENA DE MUERTE ¡
