La oferta de mano de obra barata y sin papeles en Madrid, es algo cotidiano y que se hace sin tapujos en innumerables plazas de la capital del estado a las claras y sin que pase nada por ello
Los inmigrantes esperan en las cafeterías a los “pistoleros” que llegan a las puertas de las mismas cafeterías, aparcan hasta en tercera fila, y cargan los nuevos esclavos del siglo XXI y los van colocando en los tajos de las nuevas urbanizaciones, en los que los patronos sin escrúpulos los admiten junto con algún que otro legal, estos últimos por si acaso alguna inspección para que les permita cubrir el expediente
Pero no es solo en Madrid capital, en los pueblos de alrededor, Mejorada, Arroyomolinos, Majadahonda, Boadilla, La Cabrera…. en todos se puede asistir al mismo espectáculo, al que parece ser solo faltan la Policía, la Inspección de Trabajo y los distintos sindicatos que, también al parecer, o
no se enteran o no quieren enterarse
Las jornadas a las que se enfrentan estos nuevos esclavos oscilan entre las 10 y las 14 horas y el sueldo, si hay suerte y te pagan, entre 30 y 50 euros, eso si, sin seguro, sin facturas, sin papeles, o esperando la llegada de la furgoneta el último día de los contratados para cobrar y la furgoneta ya no viene
Los nuevos esclavos, no se atreven a denunciar, no tienen papeles, les expulsarán si lo hacen y los pistoleros no serán condenados por los que tienen la obligación de velar por los derechos de todos y cada uno de los ciudadanos
En el tajo, incluso hay clases y los nuevos esclavos son los que se enfrentan a los trabajos mas duros y peligrosos, los negros son los que peor lo tienen, los españoles gozan de un convenio laboral que se respeta, cobran las horas extras y cumplen, por lo general, las normas de seguridad, a los nuevos esclavos les hacen trabajar en oficios que no conocen y sufren los peores accidentes, algunos cuerpos, incluso, han llegado ha desaparecer, total, no existen.
Los culpables, los pistoleros, los patronos, los compañeros con papeles, la policía, los inspectores, los sindicalistas, los fiscales, los jueces, los ciudadanos de a pie que no denunciamos, es decir la sociedad en su conjunto
Los perjudicados, los de siempre, los pobres, los marginados, los parias de la tierra
Los inmigrantes esperan en las cafeterías a los “pistoleros” que llegan a las puertas de las mismas cafeterías, aparcan hasta en tercera fila, y cargan los nuevos esclavos del siglo XXI y los van colocando en los tajos de las nuevas urbanizaciones, en los que los patronos sin escrúpulos los admiten junto con algún que otro legal, estos últimos por si acaso alguna inspección para que les permita cubrir el expediente
Pero no es solo en Madrid capital, en los pueblos de alrededor, Mejorada, Arroyomolinos, Majadahonda, Boadilla, La Cabrera…. en todos se puede asistir al mismo espectáculo, al que parece ser solo faltan la Policía, la Inspección de Trabajo y los distintos sindicatos que, también al parecer, o
no se enteran o no quieren enterarseLas jornadas a las que se enfrentan estos nuevos esclavos oscilan entre las 10 y las 14 horas y el sueldo, si hay suerte y te pagan, entre 30 y 50 euros, eso si, sin seguro, sin facturas, sin papeles, o esperando la llegada de la furgoneta el último día de los contratados para cobrar y la furgoneta ya no viene
Los nuevos esclavos, no se atreven a denunciar, no tienen papeles, les expulsarán si lo hacen y los pistoleros no serán condenados por los que tienen la obligación de velar por los derechos de todos y cada uno de los ciudadanos
En el tajo, incluso hay clases y los nuevos esclavos son los que se enfrentan a los trabajos mas duros y peligrosos, los negros son los que peor lo tienen, los españoles gozan de un convenio laboral que se respeta, cobran las horas extras y cumplen, por lo general, las normas de seguridad, a los nuevos esclavos les hacen trabajar en oficios que no conocen y sufren los peores accidentes, algunos cuerpos, incluso, han llegado ha desaparecer, total, no existen.
Los culpables, los pistoleros, los patronos, los compañeros con papeles, la policía, los inspectores, los sindicalistas, los fiscales, los jueces, los ciudadanos de a pie que no denunciamos, es decir la sociedad en su conjunto
Los perjudicados, los de siempre, los pobres, los marginados, los parias de la tierra
