En Intermón Oxfam estamos muy preocupados con el impacto del aumento de precios en los países en desarrollo, pero también con las voces provenientes de los países ricos que quieren aprovechar esta situación para justificar lo injustificable en sus políticas agrarias o comerciales.
Mientras el pasado 3 de junio el presidente del Gobierno anunciaba en la cumbre de la FAO que nuestro país destinará 500 millones de euros hasta 2012 para mejorar la productividad de los pequeños agricultores de los países pobres y que puedan producir los alimentos que necesita la humanidad, la ministra Espinosa nos pedía en un artículo publicado en EL PAÍS que nos sintiéramos orgullosos de la Política Agraria Común de la UE. Lejos de la imagen idílica dibujada por la ministra, la realidad de la PAC es mucho más controvertida: permite que un 18% de los perceptores de ayudas en España, los más grandes propietarios, acaparen el 76% de las ayudas agrarias europeas, mientras 37.000 explotaciones familiares desaparecen cada año y se fomenta una producción y exportaciones que tienen un efecto devastador para los países pobres.
El dinero prometido es imprescindible, pero no suficiente. Creemos que, al igual que defendía el editorial de EL PAÍS ese mismo día, debe haber una reforma profunda de la PAC dirigida a la abolición de los subsidios distorsionantes y a la apertura real de su mercado. Creemos también que la UE debe eliminar el objetivo que pretende multiplicar por 10 el consumo de biocombustibles en pocos años, así como los subsidios a quienes los producen, y debe liberalizar por completo su comercio. Y también creemos que nuestro Gobierno debe defender tratados comerciales justos, no como los que promueve en la actualidad con los países más pobres de África y América Latina, que dejan a los países sin posibilidades de apoyar y proteger a sus pequeños agricultores.
JOSÉ A. HERNÁNDEZ (Portavoz de Intermón Oxfam)
Mientras el pasado 3 de junio el presidente del Gobierno anunciaba en la cumbre de la FAO que nuestro país destinará 500 millones de euros hasta 2012 para mejorar la productividad de los pequeños agricultores de los países pobres y que puedan producir los alimentos que necesita la humanidad, la ministra Espinosa nos pedía en un artículo publicado en EL PAÍS que nos sintiéramos orgullosos de la Política Agraria Común de la UE. Lejos de la imagen idílica dibujada por la ministra, la realidad de la PAC es mucho más controvertida: permite que un 18% de los perceptores de ayudas en España, los más grandes propietarios, acaparen el 76% de las ayudas agrarias europeas, mientras 37.000 explotaciones familiares desaparecen cada año y se fomenta una producción y exportaciones que tienen un efecto devastador para los países pobres.
El dinero prometido es imprescindible, pero no suficiente. Creemos que, al igual que defendía el editorial de EL PAÍS ese mismo día, debe haber una reforma profunda de la PAC dirigida a la abolición de los subsidios distorsionantes y a la apertura real de su mercado. Creemos también que la UE debe eliminar el objetivo que pretende multiplicar por 10 el consumo de biocombustibles en pocos años, así como los subsidios a quienes los producen, y debe liberalizar por completo su comercio. Y también creemos que nuestro Gobierno debe defender tratados comerciales justos, no como los que promueve en la actualidad con los países más pobres de África y América Latina, que dejan a los países sin posibilidades de apoyar y proteger a sus pequeños agricultores.
JOSÉ A. HERNÁNDEZ (Portavoz de Intermón Oxfam)
Desde la Orden Bonaria, coicidimos con los planteamientos de Intermon Oxfam
