Saturday, January 19, 2008

Sólo un culpable entre 800 prisioneros


El caso de David Hicks, el único recluso declarado culpable en los seis años de existencia del centro de reclutamiento de Guantánamo, reabre el debate sobre las violaciones de derechos humanos en la base estadounidense.

Por el centro de reclusión estadounidense de Guantánamo han pasado desde 2001 cerca de 800 presos. Casi 400, de 30 nacionalidades distintas, continúan retenidos allí sin cargos y sin juicio. Hasta el momento, sólo ha habido un caso en que el recluso ha sido declarado culpable. Esta semana se ha sabido que David Hicks, un australiano de raza blanca, cumplirá nueve meses de prisión en su país por apoyo material al terrorismo.

El caso de Hicks es totalmente diferente al de Ruhal Ahmed, un joven británico que fue detenido en 2001 y tras dos años de torturas en la base estadounidense, lo declararon inocente. Ahmed colabora ahora con la organización Amnistía Internacional (AI) y está realizando una gira mundial en la que denuncia las vejaciones a las que fue sometido y las condiciones de vida de los presos de Guantánamo.

"Ya en el avión nos pusieron los monos naranjas. Nos taparon los ojos con gafas opacas y los oídos con grandes cascos acolchados, nos esposaron y nos anclaron al suelo", explicó Ahmed, en su visita a Barcelona con la entidad internacional. El joven, que ahora tiene 25 años, pasó dos años y medio en la prisión, en una jaula de 2,5 metros, haciendo sus necesidades en un cubo, sin apenas comer y sufriendo continuas privaciones del sueño.

En su estancia en la base estadounidense sufrió continuamente violentos interrogatorios, en los que, según él trataban de vincularle con Al Qaeda. "Nos confundían. No nos explicaban cuál era nuestra situación. Nos pegaban y nos dejaban durante días en posiciones dolorosas. A veces, nos encerraban en habitaciones con música estridente y fuertes luces destellantes. Otras, nos hacían preguntas mientras unos perros enormes nos ladraban a pocos centímetros de la cara", relata.

Ahmed tiene esperanzas en que el cierre de Guantánamo se de en un futuro cercano. "EE UU va a cambiar de Gobierno, crucemos los dedos, entonces cerrará la prisión", afirma. Pero para él, la responsabilidad no es sólo de Estados Unidos. Demanda que los países que tienen ciudadanos allí deben hacer más. “Deben reclamarlos. Alemania o Reino Unido lo hicieron y los devolvieron", añade